viernes, 19 de febrero de 2016

El puente Mirabeau

 Le Pont Mirabeau

Sous le pont Mirabeau coule la Seine
Et nos amours
Faut-il qu'il m'en souvienne
La joie venait toujours après la peine

Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure

Les mains dans les mains restons face à face
Tandis que sous
Le pont de nos bras passe
Des éternels regards l'onde si lasse

Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure

L'amour s'en va comme cette eau courante
L'amour s'en va
Comme la vie est lente
Et comme l'Espérance est violente

Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure

Passent les jours et passent les semaines
Ni temps passé
Ni les amours reviennent
Sous le pont Mirabeau coule la Seine

Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
El puente Mirabeau

Bajo el puente Mirabeau corre el Sena
Y nuestros amores
Es preciso que me lo recuerde
La alegría venía siempre tras la pena

Venga la noche suene la hora
Los días se van yo permanezco

Las manos sobre las manos quedemos cara a cara
Mientras que bajo
El puente de nuestros brazos pasa
De las eternas miradas la onda tan lasa

Venga la noche suene la hora
Los días se van yo permanezco

El amor se va como esta agua que corre
El amor se va
Cómo la vida es lenta
Y cómo la Esperanza es violenta

Venga la noche suene la hora
Los días se van yo permanezco

Pasan los días y pasan las semanas
Ni tiempo pasado
Ni los amores vuelven
Bajo el puente Mirabeau corre el Sena

Venga la noche suene la hora
Los días se van yo permanezco


El primer problema formal con el que se enfrenta aquel que quiere traducir el célebre poema «Le pont de Mirabeau»  (LM) y, en general, «Alcools» de Apollinaire, es la decisión del autor de suprimir toda puntuación. Se entiende que él lo quiso así para imitar el flujo mismo de la conciencia que recuerda, nostálgicamente, el amor perdido. Si así se quiere, el poema mismo se asemeja al propio Sena, que corre (coule) incesantemente y sin detenerse, amplificando los sentidos del texto así como las posibilidades de interpretación. Por otra parte, el juego temporal es parte medular del poema. En él reposan todos los matices, desde la nostalgia hasta la exigencia, desde el lamento hasta el deseo. No ser cuidadosos en el juego temporal que Apollinaire vierte en el original es correr el riesgo de no poder trasladar la fuerza ( en la medida de lo posible) del texto francés. Por último, está la cuestión de las rimas. A mi parecer, en la poesía uno debe traducir bajo el presupuesto de que es imposible imitar el ritmo (las excepciones son francamente casos afortunados) del original. Así, no debe buscarse la concordancia exacta a riesgo de pervertir o modificar sustancialmente el sentido. Tampoco el traductor debe pretender «mejorar» el original, debe limitarse a trasladar el sentido y la forma en la medida en que la lengua-objeto lo permita. Una cosa más a evitar es la reformulación de los versos con el objetivo de explicar al lector de la lengua-objeto el poema: éste debe tener ( una vez más, en la medida de lo posible) la misma dificultad que el lector de la lengua de partida.

«Sous le pont Mirabeau coule la Seine
Et nos amours
Faut-il qu'il m'en souvienne
La joie venait toujours après la peine…»

 Apollinaire sabe que los amores que se van, ya no vuelven. He ahí el leitmotiv de todo el poema. Por ello, me parece erróneo que en muchas traducciones el « Faut-il qu’il m’en souvienne» se interprete como un cuestionamiento, como si Apollinaire sólo lo utilizara como elemento retórico para dar fuerza al siguiente verso, como si de una obviedad se tratase. Por el contrario, a mi parecer el «Faut-il…» mienta una exigencia bien definida y cuya sucesión, normalmente, debería ir acompañada de «dos puntos»: «la alegría siempre venía tras la pena».  Por eso tampoco debe ser interpretado como «necesidad de» o «hace falta que» (denotando pasividad del agente) sino más bien como «deber», como «exigencia» o «menester». Además, ciertamente, el cuarto verso tiene la fortuna de que tanto en francés como en castellano la rima concuerde con el primero, pero su problemática descansa sobre el ritmo que la palabra «alegría» rompe cuando se traduce «joie». Es necesario, pues, traducir «après» por « tras» en lugar de «después» para tratar de salvaguardar el ritmo. Por último, hay que destacar que el juego temporal entre el subjuntivo del tercer verso junto con el imperfecto del cuarto, es lo que dicta el aire nostálgico del poema.

«Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure»


Por alguna extraña razón, usualmente no se respetan los subjuntivos de estos dos versos y se tiende a verterlos en presente del indicativo, craso error. Es una vez más el subjuntivo el que imprime un tono de anhelo, de deseo. Por otro lado, la falta de comas entre «nuit» y «sonne» así como entre «vont» y «je» le da una musicalidad que se pierde irremediablemente cuando el «je demeure» se traduce por « yo me quedo» o por « yo permanezco»


«Les mains dans les mains restons face à face
Tandis que sous
Le pont de nos bras passe
Des éternels regards l'onde si lasse»

 Quizá esta sea la estrofa más problemática de todo el poema. Para empezar, desde mi punto de vista sería incorrecto verter al español lo que está, a modo de reflejo y repetición, plasmado bellamente en el original, a saber: verter «les mains dans les mains» por «manos entrelazadas», « las manos juntas» o, incluso,  «manos cogidas». El «dans» puede traducirse literalmente por «en» o por «sobre». Me he decantado por esta última porque, me parece, es más natural decir que una «mano esté sobre otra» que «una mano esté en la otra».  Ahora bien, la importancia de seguir la repetición de las palabras se vislumbra inmediatamente con el « face à face» que le hace juego. De manera inexplicable, muchos vierten el «restons» con el presente del indicativo, cuando para ello haría falta que se explicitara el pronombre «nous». Antes bien, este «restons» es netamente un imperativo de la primera persona del plural (que expresa un deseo) y quizá sea, una vez más, la falta de puntuación lo que lleve a este equívoco.  Por otra parte, uno estaría tentado a interpretar el «passe» como un presente de subjuntivo para que concuerde el tono de «anhelo» que viene dado por el «restons», pero lo cierto es que gramaticalmente sería incorrecto. Nos encontramos, más bien, con un juego temporal en que el carácter hipotético del primer verso contrasta con el presente del indicativo del tercero. Una especie de «presente en el futuro» propio de quien anhela nostálgicamente algo que cree verdaderamente imposible. Para el cuarto verso he conservado el hipérbaton, pues no veía ninguna razón suficiente para modificarlo. Además, el adjetivo «lasse», si bien significa fundamentalmente «être fatigué», cualquiera de sus traducciones más usuales en español «fatigada» «cansada» etc., rompería dramáticamente el ritmo. Por ello he decido traducir «lasse» por «lasa» puesto que en francés y  en español ambos adjetivos tienen la misma significación y no son de uso cotidiano.

L'amour s'en va comme cette eau courante
L'amour s'en va
Comme la vie est lente
Et comme l'Espérance est violente

 El primer «comme» establece una comparación con el «agua que corre» (agua corriente me parece una traducción equivocada porque el participio de presente está utilizado aquí para enfatizar el aspecto activo del agua, en la forma de «l’eau [qui] court». Por otro lado, el segundo verso es una reiteración  que expresa el estado mental de desesperación del autor. Por último, los últimos dos «comme» deben traducirse como adverbios exclamativos más que como conjunciones comparativas. Si fuese al contrario, el adjetivo «lente» tendría que concordar con el género masculino de «amour», lo cual no hace y nos muestra que los adjetivos «lente, violente» refieren a «la vie» y a « l’Espérance» respectivamente.



Passent les jours et passent les semaines
Ni temps passé
Ni les amours reviennent
Sous le pont Mirabeau coule la Seine


Esta estrofa no tiene mayor complicación.

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