Hube encarcelado al tiempo presto
en aúreas letras y fecunda savia,
el dédalo en que fluye sangre y malva
convirtióse en la pena de Teseo.
La indómita tiniebla del Leteo
por la pira del Logos liberada;
yace el hombre y su gracia reflejada
en el fulgente filo de su acero.
La brasa que forjase intermitente
el estrado de sabios y titanes
escuece nuestras venas, insistente.
Oír la voz de los difuntos mares
en opulento trino descendente
sosciega el corazón y sus pesares.
sábado, 2 de agosto de 2014
viernes, 1 de agosto de 2014
Desesperanza.
Tórnese en penumbra tu nombre,
en serena y límpida escultura;
en recuerdo silencioso que deshoje
el tibio corazón de mi amargura.
¿En qué noble palpitar la cisura
de tus ojos ha posado su mirada?
Ya he visto en tu distancia descarnada
del réquiem elegíaco la partitura.
Ábrase en el tiempo la fisura
por donde la grieta de mi anhelo
devenga ínclita negrura.
Como hueco entre huecos,
como vacío entre vacíos,
como hombre sin deseos.
en serena y límpida escultura;
en recuerdo silencioso que deshoje
el tibio corazón de mi amargura.
¿En qué noble palpitar la cisura
de tus ojos ha posado su mirada?
Ya he visto en tu distancia descarnada
del réquiem elegíaco la partitura.
Ábrase en el tiempo la fisura
por donde la grieta de mi anhelo
devenga ínclita negrura.
Como hueco entre huecos,
como vacío entre vacíos,
como hombre sin deseos.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)